sábado, 24 de septiembre de 2011

CONVERSACIÓN DE FRUTERÍA

Una conversación en la frutería mientras el goloso señor Tiburcio compraba kiwis amarillos. Dos mujeres se encuentran y se saludan amablemente:
- ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Dónde estás ahora?
- Ahora no estoy en ningún sitio.
- Ah...
Prosigue un segundo de silencio embarazoso.
- ¿Y en casa qué tal todos?
- En casa bien.
- Bueno, pues nada. Hasta luego.
- Adiós...
La conversación termina, y la conclusión filosófica que extrae el señor Tiburcio es vieja como el sol: si uno no trabaja, ni somos ni existimos. No estamos en ningún sitio. O los demás lugares se vuelven irrelevantes. El lenguaje ordinario se vuelve terriblemente expresivo de la realidad que nos toca vivir. 

2 comentarios:

  1. Angelillo,acabo de descubrir este rinconcito filosófico,que no está nada mal...
    reflexiva la anécdota de la entrada,y punzante como la vida que nos ha tocado vivir.

    saludos y abrazos.

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  2. Gracias Filo... De hecho este blog es el original con el que comencé la andadura en la web. El de naturaleza vino después...

    Un saludo!

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