Si existe un momento histórico en el que Europa puede hacer valer su protección social frente a otros países como Estados Unidos, es este. Un país con pleno empleo no necesita grandes coberturas sociales, como fue el caso de Estados Unidos, aunque puede hacer una sociedad terriblemente desigual. Pero el coronavirus lo cambia todo. Una tasa de desempleo que ha llegado al 14% sin apenas cobertura social es un terrible riesgo. Si esa tasa de desempleo, además, se centra sobre población secularmente discriminada desde el mismo nacimiento del país, ese problema se hace crónico. Y si tienes un presidente abiertamente proclive a proclamas supremacistas, tienes la tormenta perfecta. Uno no se alegra de lo que sucede en Estados Unidos, pero sería conveniente sacar alguna lección de lo que está ocurriendo allí, para los días duros que puedan venir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario