Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿CÓMO ELIMINAR LA POBREZA? DEJA DE GA$TAR EN LOS POBRES.

      Decía la editorial de The Spectator dos semanas antes de los disturbios de Inglaterra, citando a William Galston, que "to avoid being poor, finish school, marry before you have a child and don't marry in your teens" (para evitar ser pobre, acaba la escuela, cásate antes de tener un niño y no te cases en tu adolescencia). Quien cumpla estas reglas, aseguraba este adviser de Bill Clinton, tiene siete veces menos posibilidades de caer en la pobreza. Naturalmente, concluían, la pobreza entonces no debe reducirse con costosos medios del erario público, pagado por todos los contribuyentes, sino con el voluntarismo y la responsabilidad individual. "¡Qué genial hallazgo!" proclamaban los teóricos de la big society de David Cameron. Pero si el diagnóstico es del agrado de los tories, más todavía lo son los medios para conseguir eliminar la pobreza: basta recortar los onerosos subsidios sociales, y obligaremos a los individuos a ponerse serios y responsables. Maravilla de las maravillas: la pobreza se recorta gastando menos en los pobres. 
     Si estas palabras hubiesen sido pronunciadas por Margaret Thatcher en 1981 ante un estado frío e hinchado, nos darían que pensar. Pero han pasado treinta años y dificilmente puede mantenerse ese mágico diagnóstico. De la misma forma que hoy tenemos constancia que la mera intervención estatal no tiene capacidad para reducir por sí sola la pobreza ni afrontar los grandes objetivos de toda política social (educación y sanidad), las decisiones del individuo ni se hacen en un contexto de plena libertad, ni fuera de un marco de actuación social y estatal que posibilite dicha autonomía. Lo más triste de este asunto es tener que recordar continuamente esta complejidad sin caer en los tópicos ideológicos de siempre.
    Estos consejos, como decimos, aparecieron poco antes de la gran rebelión de agosto. Y aunque sea muy temprano para analizar pormenores, la revuelta inglesa posiblemente sea una triple crisis: una crisis económica -coyuntural- destruye expectativas de crecimiento y consumo en todas las clases sociales,  y arrastra a una crisis -más puntual- del estado del bienestar, que cae sobre el marco de una crisis -mucho más estructural- de la sociedad providencia. Cuando los recortes sociales se aplican sobre sociedades desestructuradas, las consecuencias se hacen imprevisibles. Naturalmente, los tories de Cameron fueron reluctantes a conceder importancia a la segunda variable, y lo redujeron todo a la degeneración moral de la sociedad inglesa. ¿Bastará la educación y la mano dura policial para que esta crisis no vuelva a repetirse?

Trainspotting: Las novelas punk de Irvine Welsh reflejan
mucho mejor el caldo moral de la juventud británica,
independientemente de su clase social.

  
Ejemplo de los valores que Cameron desearía recuperar:
Postman Pat, héroe infantil inglés,
que vive en un pueblo arcádico de los años sesenta.
Una sociedad difícil de recuperar para la compleja realidad inglesa.


2 comentarios:

  1. Sí Ángel es lo mismo que la manida falacia del sueño americano: cualquiera puede triunfar en una tierra de oportunidades y el que no lo hace es porque simplemente no ha sabido aprovechar las suyas. La culpa es tuya si eres pobre, vamos. La realidad, sin embargo cuenta otra cosa: las tablas de movilidad social en EEUU muestran que es bastante más difícil hacerse rico habiendo nacido pobre en este país que en muchos estados europeos (si bien es verdad que los datos que conozco son un poco anteriores a la crisis, con lo que seguramente hoy la escalera social esté igualmente jodida a uno y a otro lado del Atlántico)

    Pero vamos que hoy en día cualquier excusa les vale para recortarnos el pienso al populacho.

    Un saludo

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  2. Lo que me fastidia es tanta contaminación ideológica, impermeable a toda crítica, como si ya no estuviéramos de vuelta de todo eso.

    Y me preocupa ya no la exportación del modelo americano a Europa, sino de la latinoamericanización: una completa indiferencia hacia los problemas sociales. Una cosa de la que tienen mucho miedo mis amigos portugueses para su país intervenido y que no está tan lejos del nuestro.

    Salud

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