Esta entrevista la realizó el autor del blog con motivo de la visita del profesor Robert Swartz al colegio La Asunción, el 12 de enero del presente año. Aprovechamos la circunstancia para entablar un breve diálogo sobre su propuesta educativa del Thinking Based Learning, en la línea del proyecto de P4C -philosophy for children- y otras estrategias similares que quieren expandir estrategias de pensamiento filosóficas hacia otras disciplinas educativas. La entrevista en inglés en el original está colgada en youtube, por si algún curioso quiere escuchar nuestro macarrónico inglés. La traducción es igualmente mía. Uno hace lo que puede.
P: Estamos con el profesor Swartz, profesor de
la universidad de Massachussets, y nos va a ofrecer una curso sobre aprendizaje
basado en el pensamiento (Thinking based
learning o TBL). En primer lugar,
¿qué es el TBL y qué implicaciones tiene para el sistema educativo?
R: TBL son las técnicas que promovemos
para que los estudiantes aprendan lo que está en el currículum de forma
consciente, pensando, y no solo memorizando sus contenidos. Cuando ellos
piensan de forma más detenida lo que están aprendiendo, como historia,
biología, etc…, obtienen una comprensión más profunda, son capaces de retener
esa información y relacionan este aprendizaje con otros hechos que ya conocen
de su propia experiencia. Esto permite un contexto de aprendizaje muy
enriquecedor. En contraste con esto, con
la mera memorización ellos acaban olvidando la información y no son capaces de
relacionar unas cosas con otras. La idea fundamental es enseñar a los alumnos
estrategias de pensamiento, así que ellos son capaces de pensar con destreza y aplicar esas destrezas a lo que aprenden. Por
ejemplo, en la destreza de comparar y contrastar, voy a proponer a los
profesores cómo una mera enumeración de diferencias y similitudes no es una
destreza de pensamiento como tal. Sin embargo, cuando somos capaces de ampliar
esa información, de tal forma que los estudiantes piensen y profundicen en
torno a esas similitudes y diferencias, y ellos centren su atención en ideas
fundamentales que marcan ese contraste, y sean capaces de extraer conclusiones,
están aprendiendo mucho más. Están utilizando su capacidad de pensamiento para
formular sus propios juicios, que es lo realmente necesitan aprender. Por
ejemplo, al comparar y contrastar las células animales y células vegetales, en
biología, no están aprendiendo solo sobre diferencias específicas y técnicas,
sino que piensan sobre lo que significan esas diferencias. Así que lo que
promovemos es que los profesores enseñen a sus alumnos cómo desarrollar esas
destrezas de pensamiento, así que ellos la pueden usar de forma más
adecuada.
P: En sus
libros encontramos una palabra-clave que se repite continuamente, es la “infusión”,
¿nos puede clarificar el término y explicar su relevancia para el desarrollo de
la TBL?
R: En español es difícil su traducción, pero significa
lo que ya hemos dicho. Implica no enseñar a pensar de forma separada del resto
de las asignaturas, sino combinándolo en su propio contexto de aprendizaje,
“infusionando”, integrándolo en los contenidos curriculares. Poniendo un
ejemplo, si tú tienes una taza de café de un lado y un terrón de azúcar del otro, ambos están separados y evidentemente el café
no sabe tan bien si no tiene esa porción de azúcar, y el azúcar por sí mismo es
demasiado dulce. Pero si tú eres capaz de diluir un poco de ese azúcar en el
café el resultado mejorará mucho. Eso es lo que implica la infusión: introducir
las destrezas del pensamiento dentro de los contenidos académicos habituales.
P: Usted tiene
un buen conocimiento de los sistemas educativos existentes en distintas partes
del mundo. ¿Cuál cree usted que es el principal problema que existe actualmente
en esa educación?
R: Una de las cosas en las que la educación no está
funcionando adecuadamente es la incapacidad que tenemos los profesores para
estimular las habilidades de los alumnos
a la hora de pensar en profundidad y aprender las asignaturas por ellos mismos.
Las antiguas clases en las que el profesor se ponía al frente de la clase,
empezaba a explicar la materia y los alumnos recogían apuntes de forma automática
sin ninguna otra implicación salvo plasmarla después en un examen…. esto era
una invitación al desastre. Así que tenemos que dar la vuelta a la situación,
hacer que los profesores planteen retos a los alumnos para que piensen
adecuadamente y que sean parte activa de su propia educación, y no solo por
parte del profesor.
P: Y usted piensa que el TBL puede desarrollar adecuadamente esto.
R: Absolutamente, lo he visto ya muchas veces en
muchos de nuestros campos de trabajo, a lo largo de treinta años de
experiencia. He visto escuelas cambiar completamente con la TBL. Es
sorprendente, porque nunca piensas que fuera a ocurrir. Incluso en aquellos
estudiantes que los profesores piensan que es imposible enseñarles, con
discapacidades, pueden desarrollar progresos importantes si somos capaces de
inculcarles el TBL de forma adecuada.
P: Para concluir esta breve entrevista, ¿nos podría dar algún consejo
para los profesores y los alumnos de cara a afrontar el futuro?
Para los profesores, incentivar a los alumnos con
retos que les permita desarrollar sus potencialidades. Y para los estudiantes,
tener confianza y seguridad en sus propias habilidades para aprender y comprender adecuadamente, y básicamente, desarrollar el deseo de querer
aprender más que nos ayude a crecer personalmente. Hoy en día los estudiantes
pierden mucha confianza en sí mismos, se comportan de forma pasiva y se dicen
así mismos “no puedo hacer esto”. Esta es una de las cosas que hace que la
educación no funcione adecuadamente en la actualidad. Si conseguimos superar
esto nos permitirá crear alumnos con capacidad para afrontar retos y resolver
problemas por sí mismos, sin necesidad del apoyo continuo del profesor.