Escuché atónito hace unos días la descripción que ofrecía el telediario sobre los ataques hacia la deuda española desde los parqués bursátiles del mundo:
"Existe un ataque directo e intencionado contra España y su economía?
"No. Los gestores de fondos de inversión tan solo buscan los mercados con mayores tasas de beneficio y presionan para que dichos beneficios puedan ser más altos. Buscan emisiones de deuda con altas tasas de interés. Los ataques no son intencionados.
Conclusión: qué mala suerte tenemos los españoles y qué ajustes más duros tenemos que hacer para satisfacer la confianza de los inversores. Pero podemos también alcanzar otra conclusión: el sistema económico está dejando de funcionar. El ánimo de lucro de unos cuantos no está generando riqueza general, sino el empobrecimiento de todos los demás. Pero parece ser que nadie quiere tomar en serio esto. Demasiados problemas tenemos ya como para querer cambiar el sistema entero, dirán. Un tío inteligente del que no recuerdo su nombre lo expresó a la perfección: "los hombres somos tan poco imaginativos y críticos, que vemos más fácil que un meteorito se estrelle contra la tierra a que el sistema económico llegue a quebrar".