Quizás resulte demasiado optimista la pregunta, pero me permito recoger aquí la famosa expresión de Huntington como muestra de lo que está ocurriendo en algunos países del Magreb. Si esto puede ser el inicio de una nueva fase de democratización en una región del planeta que se creía completamente inerte y estéril a este tipo de cultura política, es algo que todavía no puede verse en el futuro más cercano. Y sin embargo, parece coger con la misma sorpresa que cuando presenciamos hace dos décadas con la caída del comunismo. Entonces parecía impensable la derrota política de lo que todavía se consideraba un coloso político y militar. Hoy en día, la misma incredulidad escepticismo aparece en Europa occidental, sumida además en sus propios problemas internos. Nuestros prejuicios han tendido a ver el Magreb de la misma forma que al comunismo de antaño, como una cultura monolítica y sin fisuras. Ahora, a más de un europeo bienpensante y prejuicioso le habrá parecido extraño ver las imágenes llegadas de Túnez en las que algunas mujeres, vestidas a la europea y con estudios, criticaban abiertamente al gobierno y eran partícipes de las manifestaciones contra el régimen de Ben Ali. ¿Cómo es posible que ocurra esto en países donde creíamos que las mujeres estaban encerradas a cal y canto bajo velos, burkas y demás mitos islámicos?
En resumen, la complejidad cultural de las comunidades humanas siempre está por delante de nuestras propias y parciales medidas de la realidad y de la proporcionada por los medios de comunicación. Estos medios, obsesionados con el terrorismo y la inmigración desde hace más de una década, han vendido con gran eficacia una imagen sesgada y parcial de culturas que para nosotros acaban en las noticias de sucesos de pateras, malos tratos a la mujer y racismo. No sabemos qué deparará el futuro para estos países, porque suponer que tienen que seguir la estela occidental no es más que otro etnocentrismo típicamente europeo. Lo que sí está claro es que ese futuro está en movimiento por primera vez en muchos años.
Primera imagen de google que aparece con la entrada "revolución de los jazmines".
Martin Luther King sirviendo de inspiración a la humilde pancarta tunecina.
Qué razón tienes, solo puedo constatar mi profundo desconocimiento de lo que no es occidente, y la tremenda dificultad para comprender y valorar hechos desde nuestros propios parámetros, tan diferentes de la experiencia de nuestros homólogos (es decir, ciudadanos de a pie) en estos países.
ResponderEliminarUn beso, cacereños!!
Caramba, se me había escapado este comentario tuyo, Fa. Lo cierto es que cuando hablo sobre este tema, hablamos desde la sorpresa y desde las gradas. Somos espectadores de un acontecimiento quizás histórico (tan histórico que tal vez sea más importante que la caída del muro de Berlín), pero espectadores no demasiado bien informados, y nunca integrantes del juego.
ResponderEliminarUn beso!