Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

domingo, 19 de abril de 2009

ENSEÑANZAS DESDE LA ERA DE ACUARIO (III)

Con estos temas iban pasando los minutos de la clase. Necesariamente, tuve que concluir la exposición en la siguiente hora. Estaba centrado ya en la última cuestión, una pregunta más concreta y que yo también me hago en ocasiones: ¿por qué narices los adolescentes se preocupan tanto por los signos del zodíaco y su personalidad? ¿Por qué muchos en clase nos interesamos por este tema? Como en otras ocasiones, en el interrogante aparece parte de la respuesta. Porque tú eres adolescente. Porque estás en busca, porque estás escribiendo los lemas de tu identidad, y por qué tú eres parte activa en la construcción de esa identidad.
Acabé la clase soltando una parrafada de los vikingos, la psicología del desarrollo, Erikson, y el estado de moratoria permanente de la adolescencia, pero podría haberme quedado muy a gusto escribiendo el graffiti del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”, y olvidémonos de lo demás.

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