Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

viernes, 6 de julio de 2012

NO NOS REPRESENTAN

       
Una copa dolorosamente cara para los contribuyentes...
        Voy a dejar el fútbol definitivamente. Y eso que es un maravilloso tema de conversación, un mediador excelente en situaciones sociales incómodas y el mejor calmante de disgustos que puede existir. Nadie puede dudar de eso. Viendo el fútbol uno se olvida de la prima de riesgo, de los comentarios por lo bajo de la suegra o de las broncas en público de un jefe. Nada importa mientras el esférico se mueve en los noventa minutos mágicos que dura el partido y puedas hablar sobre el mismo semanas después. Cuando juega la selección, esos sentimientos se hacen más agudos. Los rivales de ayer se convierten en amigos de siempre. La gente se ve reflejada ante una bandera -algo que no ocurría desde Franco- y tiembla ante un partido. Lo que ya no consiguen hacer los toros, la iglesia, la monarquía o las instituciones democráticas, todavía lo hacen unos tipos moviendo el balón, y habría que estar agradecidos por ello.
       Sin embargo en todo este mundo maravilloso de sentimientos y símbolos culturales hay un problema. La compensación económica por tocar un balón con maestría se convierte de pronto en dilema moral. Nos encontramos que en el acto de levantar una copa, el estado -el mismo que paga intereses al 7% por sus bonos de deuda pública a 10 años- paga siete millones de euros. Siete millones que van a engrosar las cuentas bancarias de los veintitantos mejores jugadores de europa con entrenador incluido. Siete millones de euros (1120 millones de las antiguas -o nuevas- pesetas) que pueden levantar colegios y hospitales enteros, y que podría haber evitado desastres como el fuego de Valencia. Siete millones que no van a acabar con nuestra crisis económica, pero que sí espolean un poquito más nuestra profunda crisis moral. Siete millones que hacen sentirnos a algunos españoles como aunténticos gilipollas delante de un televisor viendo estas fiestas y celebraciones, como si hubiera realmente algo de lo que alegrarse. Con razón parte de la ciudadanía les exige que rechacen ese dinero, si realmente quieren alardear de patriotismo: no todo el mundo se siente igual de identificado ni con el fútbol ni con la bandera. Y de nada vale enmascarar aquí el gesto en el fervor patriótico, los beneficios económicos indirectos o el dinero que se va a embolsar la Real Federación de Fútbol: las primas han sido un gasto innecesario por parte del estado en el momento más desafortunado posible.   
      Indudablemente esta gente tiene un fantástico don físico, y el sector privado ya les recompensa ampliamente por ello, con burbuja económica incluida, que permite tener salarios sobredimensionados y privilegios fiscales mientras sus clubes rozan la ruina económica. Es aquí donde uno se pregunta si era realmente necesario que nuestro estado en bancarrota destinara esa partida para estimular a unos individuos en hacer un trabajo que de por sí tiene rentabilidad asegurada: no cabe duda que tras su Eurocopa, les van a caer ofertones a mansalva. Para qué entonces, gastar más dinero en estos caballeros que ya nadan en él.
       Así que no nos engañemos. Los de la Roja, al igual que muchos políticos y banqueros, tampoco nos representan. Y si lo hacen, por lo que cobran, prefiero que se queden en casa jugando al futbolín, que sale más barato.     

2 comentarios:

  1. Aunque un hospital cuesta mucho más que siete millones de euros, estoy completamente de acuerdo contigo. Yo no creo que sea tan importante el pago de los siete millones de euros, ya que al final eso lo paga la Federación Española de Fútbol que, a través de las quinielas, genera ingresos más que suficientes.
    Mi problema es que la bandera de la selección sirve para tapar otras vergüenzas y justificar otros problemas diarios. Ya lo decía un escritor escocés del siglo XVIII de cuyo nombre ahora no me acuerdo: "el nacionalismo es el último refugio de los sinvergüenzas" y yo añadiría "y de los ignorantes". Qué toque el balón la Roja mientras nos roban a todos...

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  2. Naturalmente, con siete millones se puede hacer muy poco. Pero el problema va más allá del cálculo utilitarista. La Federación española ha ganado 23 millones en total en la Eurocopa, por lo que he leído. Pero sigue siendo paradójico el movimiento de dinero que genera el fútbol e injusta el pago de esa prima mientras padecemos los problemas que padecemos. Por otro lado, la cita es de S. Johnson, creo, y la menciona kubrik en el guión de Senderos de Gloria. Y sobre el nacionalismo.. bueno pues depende siempre del uso que se le dé, pero nunca como un opiáceo bananero.
    De todos modos necesito despotricar contra algo, después de la semanita que hemos pasado...

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