Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

lunes, 23 de julio de 2012

ANDREA FABRA Y EL SÍNDROME DE MARÍA ANTONIETA

Por síndrome de María Antonieta, el profesor Tiburcio O'Reilly denomina a la falta de sensibilidad social causado por un distanciamiento excesivo de la realidad. Así, una sorprendente frivolidad se adueña de las afirmaciones de los afectados por este síndrome y pueden provocar reacciones peligrosas entre el auditorio político. Esto fue lo que le ocurrió a la reina francesa de origen austríaco María Antonieta, propiciadora de escándalos que convirtieron sus actos en chispas detonantes de la misma revolución. En nuestros días, la diputada Andrea Fabra comete el mismo error. Sea cual sea su carrera política y sus posibles méritos pasados, al igual que María Antonieta debió su puesto a la posición familiar, pertenecía a una aristocracia política cada vez más inútil y costosa y disgustaba al pueblo con sus estúpidas afirmaciones. Son tres cosas que una sociedad en estado de convulsión es incapaz de perdonar.   

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