Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

jueves, 2 de junio de 2011

EL DÍA QUE FRANCO DEJÓ DE SER DICTADOR...

En esta imagen, es evidente que Franco no levanta
la mano siguiendo el saludo fascista,
tan solo pide permiso al obispo para ir al baño a hacer
sus necesidades. Cualquier otra interpretación es
un atentado contra la objetividad histórica y una
demonización de las Izquierdas resentidas de este país.
Discutía el otro día con mi suegro la gran desgracia de ser una de las pocas democracias consolidadas que han sido incapaces de revisar críticamente su pasado y condenar los crímenes de la dictadura franquista. Quizás fue el resultado de una transición democrática totalmente consensuada, sin oposición y dirigida desde el poder establecido. Esa clase política  que actuó con la suficiente inteligencia como para permanecer en el establishment político durante decenios sin ser tocada ni cuestionada. Y todo ello con el beneplácito de una sociedad que no quería volver a encontrarse con su más oscuro pasado y que por otro lado, era pudiente clase media hija de los años dulces de la dictadura. Resultado de esto fue la amnistía de 1977, gran éxito en su momento, y narcótico a largo plazo de errores y crímenes que hoy les cuesta reconocer a la parte de la sociedad española que se siente implicada en el asunto. La consecuencia con el paso del tiempo ha sido el triunfo de la normalidad: aquí nunca ha pasado nada o lo que ha pasado ha sido tan terrible que no deseamos volver la vista atrás. "¿Qué ganaríamos con abrir las tumbas, con investigar la memoria olvidada?", nos preguntábamos muchos escépticos en la investigación de los crímenes franquistas. Pues bien, he aquí la respuesta que nunca pensé llegar a dar: nos tenemos que tragar la conclusión de la sacrosanta y decrépita Real Academia de la Historia según la cual, ¡Franco ni siquiera fue dictador! Y habría que continuar la osada afirmación: negando la dictadura, negamos la Transición, al igual que la democracia actual: tan solo hemos asistido a una paulatina liberación de un régimen autoritario en continuidad desde 1939. Muerto el perro, se acabó la rabia...

3 comentarios:

  1. Hombre, lo que dice el autor de la biografia de Franco es que el franquismono no fue un totalitarismo, no que no fuera una dictadura (seamos más precisos con lo que se dice, es bueno respetar las palabras) sino que no fue un totalitarismo, porque sencillamente, desde el punto de vista de la ciencia política, no lo es. Hay diferencias, entre la dictadura sin más y el totalitarismo. Por lo demás, si la memoria histórica de unos u otros está tan llena de demonios que aquí nadie va a poder hablar sin que unos u otros le hagan placaje, vaya cuerno de memoria histórica: cambiaremos unos demonios por otros, pero no nos enteraremos de la verdad.

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  2. Gracias por el comentario...
    Lo cierto es que no me he querido meter en el tema a fondo pero:
    a) El franquismo tuvo momentos de imitación del totalitarismo hasta 1942, aunque efectivamente, nunca llegó al totalitarismo de Hitler o Stalin (Mussolini de hecho tampoco llegó a ser totalitario para muchos especialistas).

    b) Por lo que yo he leído se ha preferido no utilizar el término "dictadura" porque no tenía un carácter temporal (este es el significado que se da de dictadura según la antigua magistratura romana y según también la tradición de dictaduras latinoamericanas como Pinochet o Videla). El hecho de que, como la de Franco o la de Salazar, se rompa la presunta temporalidad y se prolongue indefinidamente, no le quita las características típicas de las dictaduras. Al revés, las empeora.
    En definitiva, el autor Luis Suárez no ha querido hacer uso del vocablo no por una cuestión terminológica (muy discutible) sino sencillamente para eliminar el tono peyorativo que tiene la palabra de cara a su biografía.

    c) Aquí no hemos hablado nunca de un enfrentamiento en condiciones de igualdad a la hora de reivindicar una memoria histórica. Si ahora toca revisar el franquismo es porque durante cuarenta años predominó una única visión: la de los vencedores. Después vino el consenso y la "normalidad" de la que hablo en el artículo. Y hoy creo llegado el momento de poner las cosas en su sitio... como en cualquier otro país democrático.

    Un saludo...

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  3. Un excelente artículo, estoy de acuerdo contigo con todo lo que pones. Un abrazo.

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