Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

domingo, 11 de marzo de 2012

UNA CITA DE KEYNES

Keynes, ensalzado por unos y denostado
por otros. Polémico y sensato a la vez. Ensayista,
consejero de estado y mecenas de filósofos:
el último gran humanista de la economía.
      Decía Keynes (economista al que ahora muchos le echan la culpa de nuestra dramática situación) que a largo plazo todos estamos muertos. En una conversación privada, esto puede parecer una perogrullada. En el contexto económico de recesión, constituye una sabia cita para enfriar el entusiasmo de las reformas estructurales destinadas al éxito a largo plazo. Que el mercado se acaba autorregulando, que los precios vuelven a encontrar estabilidad tras un periodo de crisis, es algo bien sabido. Otra cosa es que la sociedad tal y como la conocemos sobreviva para contarlo.
     Para un gobernante, esto se convierte en un reto en toda regla. Gobernar solo con los ojos puestos en el futuro puede hacer que al no atender el presente, el futuro que estemos proyectando en nuestra imaginación sea bastante distinto del que se acaba desarrollando en la realidad. Cuando además, otros muchos jugadores piensan en la misma forma que nosotros y actúan en consecuencia, el riesgo se hace más evidente todavía. Y es que en este país no tenemos sentido de la medida: hemos pasado de gobernar atados al día a día, a una encuesta de voto o unas elecciones en dos meses, a construir auténticas quimeras en el futuro sin querer asumir sus costes en el presente.
      Pongamos el caso de la actual reforma laboral. Que la reforma traerá mayor empleo está por ver en el futuro. Que destruirá empleos en el presente, se puede convertir en un hecho constatable en los próximos meses. Siendo bien pensados y asépticos, tiendo a pensar la reforma laboral ni como buena ni como mala: tan solo una herramienta más aplicada en un contexto inadecuado, como si quisiésemos poner un tornillo de rosca sobre hormigón armado a base de martillazos. Es evidente que el tornillo acabará destrozado y no habremos conseguido penetrar el hormigón ni un ápice. Una reforma laboral de este tipo en un contexto de mayor crecimiento económico es una reforma ideológicamente cuestionable pero perfectamente asumible y con posibilidades de éxito. En el nuestro es una condena para sectores sociales en riesgo de exclusión, una reforma que puede dar la puntilla a la paz social. Si los ingenieros sociales de los próximos años se encuentran con una sociedad desestabilizada y en rebelión no se pregunten en qué han fallado: Es una cuestión de estómago, no de cerebro. Con el estómago vacío, la cabeza se llena de nubarrones y no atiende a razones, por acertadas que estas sean.

6 comentarios:

  1. No me parece nada justo, ni objetivo tu comentario. Creo que marcas una clara tendencia hacia unas reformas liberales que en nada están beneficiando a la sociedad.
    Sólo quiero que me respondas sobre el art. 32 de la reforma laboral. Este establece que una persona que esté enferma (con justificante médico) durante nueve días es causa de despido procedente. ¿Te parece esto que puede ser justo incluso cuando crezcamos?

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  2. Bueno, por eso digo que ideológicamente sus postulados son discutibles. Y no digo que no haya artículos en la reforma que sean injustos claramente. Pero yo iba un poco más allá del análisis pormenorizado de la ley laboral -que no conozco en detalle, y ver su carácter razonable o no en las circunstancias que tenemos hoy en día. En cualquier caso, queda para otro post...

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  3. En una análisis más avanzado esta reforma laboral es similar a la que se hizo en 1997 y nos condujo al crecimiento extensivo basado en la construcción que es la causa de más de cinco millones de parados. ¿Cuánto han de sufrir los trabajadores de este país?, para que nos demos cuenta del error de estas políticas.
    Por primera vez en la historia Europa abandona el camino del crecimiento basado en el valor añadido, claro, como China ya ha crecido es necesario que otros hagan los productos de bajo coste. ¿Qué queremos crecer vía empleo precario para que la emigración vuelva a aumentar nuetra población activa y en diez años encontranos con diez millones de parados?

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  4. no tengo tan claro que una reforma laboral tenga que conducir a ese crecimiento extensivo basado en la construcción: hay más factores. Otros países tienen mercados de trabajo desregulados y no se han basado solo en la construcción como los países anglosajones (aunque hayan tenido su tajada). Y después, tampoco tengo muy claro que los derechos sociales están por encima de disfrutar de un trabajo. Ya te lo he comentado otras veces, entre una sociedad desregularizada con altos niveles de empleo y la nuestra, que conserva unos derechos sociales conviviendo con una tasa de desempleo del 20%, no sé con cual quedarme ni cual es la más legítima. Nnguna de las dos es justa, pero tiendo a pensar que una parte importante de la población trabajadora no comparte del todo tus impresiones sobre la reforma laboral, sin necesidad de tener que aprobarla. Y por supuesto, ni contar con los desempleados.
    Yo sigo pensando que esta reforma se ha hecho por imperativo externo (seguir dando buena imagen a los mercados), por necesidad de rellenar un hueco político (hay que gobernar, sea como sea), por ilusión ideológica (creer que vamos en la buena senda liberal) y naturalmente, por importantes intereses económicos. Los resultados son tan imprevisibles que es seguir dando palos de ciego hasta acertar. Método de prueba y error, y a ver qué pasa...

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  5. Pero es que la Unión Soviética también fue un sistema de prueba y error y por el camino nos cargamos millones de sueños... Yo lo que digo es pregúntale a la gente que trabaja por 700 euros al mes durante dos meses y está fuera de la lista de desempleo, a ver si le parece justa. Yo cuando hablo con amigos que están bajo esas condiciones, mucho van a ir a la huelga porque se cierra su futuro incluso cuando tienen empleo o se crece.
    Además es que niego la mayor, no hay ningún ejemplo que demuestre que esta reforma vaya a crear empleo, porque España ya era un mercado laboral desregulado y es esto lo que ha producido que seamos muy vulnerables a la coyuntura económica, hemos creado más empleo que nadie cuando creíamos, pero eso ya lo hacíamos antes, y como no hay límite al despido destruimos más empleo que nadie, esa es al evidencia empírica de nuestra economía, esa es el prueba y erro... Lo que no es justo es que los resultado se manipulen en una única dirección, ¿Qué tiene que pasar para demostrar que esta no es una política que genera empleo? Claro si se demuestra que genera empleo con un crecimiento del 3% apaga y vámonos.
    Por otro lado, tampoco creo que sea la solución dar buena imagen a los mercados, eso es lo que ha hecho Gracia y Portugal, la mejor medida económica de este gobierno ha sido plantarse ante los mercados con el cumplimiento del déficit público y esto a sido efectivo a nivel económica. En la crisis asiática de 1997 los países que salieron de al crisis fueron Malasia y China que tenían autonomía política para implementar otras políticas económicas ajenas al FMI y Argentina salió de la crisis cuando hizo una quiebra desordenada y, al año, sin el peso de la deuda los mercados le volvieron a prestar. Esto es la prueba y el erro y el resto es una realidad autoimpuesta que encubre otros intereses...
    Para finalizar creo que los países anglosajones tienen otras contrapartidas sociales, en Inglaterra te dan 75 libras al mes por hijos hasta que es mayor de edad y no hablemos de los Países Nórdicos. En Alemania los miniempleos se llevan a cabo con ayudas sociales y alquiler subvencionados por el Estado, lo que no puede ser en España es que se nos exija un sacrificio en el vacío a cambio de nada, que siempre perdamos los mismos y, esto, por desgracia ni es ideología ni es demagogia. Qué suerte tengo que el sistema me exige ser solidario, ni siquiera me permite elegirlo y, esto, que es tan bueno no se lo apliquen los que lo predican. Por cierto, no lo digo por ti, maldita sea que mi amigo sea siempre defensor de aquellos que nada le adeudan...
    Tu amigo socialdemócrata.

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  6. Estoy de acuerdo en todo lo que dices, y efectivamente ni la reforma laboral es una panacea ni nada por el estilo; que puede encerrar grandes injusticias y que el coste de la crisis no está repartido entre todos. Pero me da la sensación que estamos con un inmovilismo en el que desgraciadamente no podemos manternernos. Los argumentos que propones no me acaban de convencer:
    a) dices que la desregulación laboral de otras ocasiones ha tenido un éxito mediocre. Eso no significa que mantener el mercado laboral intocable vaya a darnos una mayor garantía de empleo.
    b) El hecho de atacar la reforma laboral por falta de solidaridad social en otros aspectos no significa dar argumentos serios a favor o en contra de dicha reforma: significa que tienen que cambiar otras cosas aparte de las supuestas rigideces del mercado de trabajo.
    c) Propones que los países que se han saltado las directrices del FMI han tenido más éxito para salir de las crisis. Pero al mismo tiempo, afirmas que las economías más abiertas europeas (UK, EEUU, Holanda, Alemania) tienen una flexibilidad laboral amplia, acompañando a los países europeos una cobertura estatal importante. Los medios no son acertados, pero los fines parecen ser los mismos.
    d) Hablamos de derechos que se tienen que mantener pero ¿qué garantías tenemos de que esos derechos se pueden mantener indefinidamente en nuestras condiciones? ¿con impuestos a la sueca, que ya tenemos? ¿gravando el consumo? ¿imponiendo impuestos al capital? no creo que los impuestos sean la panacea para mantener unos derechos, sino el aumento de la productividad y la actividad económica (y no nos basta tampoco la reforma laboral para conseguir una cosa y otra).

    Por lo tanto, repito lo que había dicho antes: la reforma laboral es un desastre no por sí misma, sino por otros factores que lo acompañan: consecuencias negativas a corto plazo, inestabilidad laboral y caída de la demanda por precarización del empleo, y sobre todo, sensación de que esos esfuerzos no los están pagando de la misma forma todos los sectores de la sociedad...
    Tienes razón que decir esto es frívolo cuando todavía tienes un empleo en una comunidad autónoma con un 25% de paro y un sueldo medio de menos de 1200 euros al mes (y con una tercera parte que gana menos de 800), pero nosotros también somos, a nuestra forma, privilegiados frente a los que ahora no tienen nada. ¿estaríamos dispuestos a compartir nuestro trabajo, a ganar 1000 euros al mes para que otros pudieran acceder al mercado laboral?
    No sé si muchos de nosotros estarían de acuerdo, incluso cuando viéramos señales de los de "arriba" de que también colaboran.

    En fin, Helí, estoy de acuerdo en lo que dices. Más o menos. Pero luego tengo mis dudas cuando pasamos de los grandes principios a lo concreto. En cualquier caso, tú eres el especialista en estas cuestiones... y para mí tienen más fundamento de lo que yo pueda decir al respecto.

    Saludos, amigo socialconservador!

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