He aquí uno de los dichos más famosos de la escuela escéptica de la antiguedad y que veo perfectamente recogido en los agentes que aparecen en nuestra actual situación nacional. Queda patente el grado de pesimismo que existe en torno a ella: cuando la sociedad empieza a pensar que a pesar de las diferencias todos juegan un mismo rol la insatisfacción, la incapacidad de alternativas y la indiferencia campan a sus anchas.
Un estado en quiebra que se intenta esconder de los acreedores y especuladores.
Especulador agazapado esperando un estado con deuda pública desorbitante para saltarle al cuello.
Dirigente político asustado por los acontecimientos que intenta capear la adversidad escondiéndose tras la piedra.
Político de oposición esperando pacientemente su turno para hacerse con el poder.
PD: la foto es de una lagartija de las inmediaciones de Cáceres, completamente ajena a lo que íbamos a hacer con su imagen. Desde aquí pedimos perdón a todas las lagartijas cacereñas por la posible difamación que pueden suponer los títulos de las fotos.