SOBRE AFORISMOS
El aforismo es el único recurso que le queda a la filosofía para ser leída por un público no profesional. A su favor cuenta con su pequeño tamaño. En su contra, sus altas pretensiones. Para solucionar esto solo queda la metáfora y jugar con la trivialidad
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Cada uno filosofa como puede. Nietzsche lo hacía a martillazos, entre jaqueca y jaqueca. Otros lo hacemos entre berrido y berrido, de pañal a pañal. De cualquier manera, el tiempo es escaso y las ideas muy complejas para dedicar una vida a escribir un tratado.
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LOS LIBROS DE LOS FILÓSOFOS
Lo que me quedan de los libros de los filósofos de la modernidad: tesis que pueden resumirse en veinte páginas y doscientas en justificarse frente a sus atacantes. El problema es sacar tiempo para extraer esas veinte páginas de entre lo demás.
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TÍTULOS
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En nuestros días la importancia del título es muchas veces inversamente proporcional a la relevancia del texto. Pura cuestión de marketing comercial.
LA BUENA INFORMACIÓN
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Escuchaba de un tertuliano de la radio la importancia de contrastar la información en distintos medios de comunicación, pero mucho me temo que son pocos los que se toman la molestia de hacerlo. Y es que la libertad de expresión no es el derecho a escuchar algo desde distintos puntos de vista. Es sobre todo el derecho a escuchar lo que a uno le gusta oír, sin que otro pueda evitarlo.
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LIBERTAD VS. IGUALDAD
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Decía el viejo dogma de la filosofía política en la Guerra Fría: libertad e igualdad son conceptos incompatibles. Así me lo enseñaron en la facultad y así lo transmito todavía sin demasiado convencimiento: a más libertad, menos igualdad y viceversa. Pero el fracaso de las ideologías en el siglo XX fue que ni el socialismo mantuvo la igualdad ni el capitalismo la libertad más allá de su mera potencia, una posibilidad cumplida para unos pocos.
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Escuché hace un tiempo a un director de cine (creo que fue Berlanga, pero no me hagas mucho caso) que decía que la censura franquista a veces fue un acicate para la creatividad porque les obligaba a buscar formas más sutiles de expresión para que sus obras no fueran recortadas. Parece que a ti otro impedimento mucho más agradable (la falta de tiempo, por lo de ser padre reciente) te está forzando a ser concreto y a condensar las ideas. Bravo por ello, que no todo el mundo puede decir mucho con poco. Un abrazo
ResponderEliminarComo te decía, la necesidad obliga y tenemos que reinvertarnos a nosotros mismos. Y no sé si fue Berlanga, pero la censurar azuza el ingenio como pocas cosas. Que se lo digan a Cervantes y los del Barroco!
ResponderEliminarUn saludo, y otra vez, felicidades por el premio para tu blog!