Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

sábado, 24 de septiembre de 2011

CONVERSACIÓN DE FRUTERÍA

Una conversación en la frutería mientras el goloso señor Tiburcio compraba kiwis amarillos. Dos mujeres se encuentran y se saludan amablemente:
- ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Dónde estás ahora?
- Ahora no estoy en ningún sitio.
- Ah...
Prosigue un segundo de silencio embarazoso.
- ¿Y en casa qué tal todos?
- En casa bien.
- Bueno, pues nada. Hasta luego.
- Adiós...
La conversación termina, y la conclusión filosófica que extrae el señor Tiburcio es vieja como el sol: si uno no trabaja, ni somos ni existimos. No estamos en ningún sitio. O los demás lugares se vuelven irrelevantes. El lenguaje ordinario se vuelve terriblemente expresivo de la realidad que nos toca vivir. 

sábado, 17 de septiembre de 2011

¿ES EL IMPUESTO DE PATRIMONIO UNA NECESIDAD MORAL?

        Hemos oído hablar mucho estos últimos días sobre el impuesto de patrimonio. Unos lo consideran una necesidad imperiosa, otros afirman que es un recurso electoralista, y otros que apenas va a solucionar nada. El ingreso en las arcas públicas supondrán menos de 1000 millones de euros. Incluso los más pesimistas lo rebajan a la mitad. Alguien podrá considerarlo una nimiedad si por ejemplo lo comparamos tan solo con el gasto en la cobertura de desempleo,  pero es mayor que todos los gastos juntos que los "indignados" presentaban sobre los privilegios de los altos cargos políticos. Sin embargo, sería un error reducir  la cuestión a su mero análisis económico.
      Curiosamente, ningún "rico" de nuestro país ha hecho proclamas como las que han protagonizado algunos multimillonarios de Francia o Estados Unidos como Warren Buffet: aumentar los impuestos a los ricos es no solo una medida económica necesaria sino también una necesidad moral. Ignoro si lo dicen desde la sinceridad o el propio egoísmo, pero lo que está claro es que la afirmación posee cierto sentido común. En un momento de crisis tan grave como el que vivimos, en el que los escalones más bajos de las sociedad se están depauperando a un ritmo latinoamericano y las clases medias sufren la mayor presión fiscal, es lógico buscar un gesto de solidaridad social. Quizás la medida no solucione el déficit público y las necesidades de recortes, pero lo harían sociablemente más comprensible y menos áspero para las personas más sensibles a la crisis. La sociedad española está deseosa de ver gestos de transparencia en la clase política, pero no dudo que muchos también empiezan a pedir cuentas a aquellos que tienen más y que proporcionalmente, son los que menos pagan por la crisis.


jueves, 15 de septiembre de 2011

FREEMONEY DAY


     Paseando hoy con Juan por el parrque de Cánovas fui abordado por un grupo de americanos parlanchines, hablando en inglés sin ningún tipo de complejos. Quizás la reacción en otra persona podría haber sido otra, pero a mí me causó el mayor agrado. Poner en práctica una lengua que casi tengo olvidada en una ciudad olvidada como Cáceres siempre es un privilegio. Y cuando además no son la típica pareja desdichada de mormones sudorosos y rubitos, me da más alegría. Pueden imaginar la cara que se me quedó yo cuando me comentaron que su inciativa era regalar dinero. Y pensé dos cosas, o que había entendido mal su inglés, o -mal pensado como siempre- que me querían timar en algo. Menos mal que luego las cosas se fueron aclarando.
      Freemoneyday es una actividad realizada a escala mundial por el cual una persona cede un par de monedas a otra, de forma completamente gratuita y aprovecha para hablar sobre la cooperación entre las personas. No es el azar que decidieran celebrarlo el 15 de septiembre, conmemorando la quiebra de Lehmann Brothers, ejemplo perfecto de lo contrario. ¿Es un disparate o una locura? Freemoneyday no va a cambiar el mundo -tampoco creo que lo intente- pero decididamente, va a permitir que lo podamos ver de una forma distinta, más creativa y solidaria al menos por unos pocos instantes. Ni que decir tiene que los cuarenta céntimos que la simpática neoyorquina me dio, se los devolví a la primera que encontré por la calle, y que precisamente, pedía dinero.  No es mi costumbre dar limosna, pero aquel dinero tenía que seguir rodando. "Dios los bendiga", me contestó una vieja enclenque vestida de negro. "Mejor que bendiga al pequeño", respondí yo, algo descreído ante esas respuestas, "o agradezcalo a freemoneyday", pensé.  
       Para más información a los curiosos, visiten http://www.www.freemoneyday.org/

domingo, 11 de septiembre de 2011

DE NUEVA YORK A SOMALIA...

     Contemplo el día de hoy con espíritu de contradicción. Recordamos a los muertos de ayer, pero dejamos morir a los vivos de hoy:  las conmemoraciones, el luto, las flores y banderas a media asta no tienen nada que ofrecer a los moribundos que huyen de los yermos de Somalia. Y es que claro, son cosas bien distintas, me podrán contestar los bien informados: es la crueldad y la premeditación lo que hace tan abominable el acontecimiento terrorista de hace diez años, frente a la fatalidad y la desgracia de las tragedias de hoy. Es por ello que estas conmemoraciones son necesarias: que queden fijas en nuestra memoria para protegernos de ellas en el futuro.
    Sin embargo, la inocencia del que muere en los campos somalies y el que murió en las torres gemelas es la misma. La culpa de que esto ocurra, que recae abominablemente sobre un solo individuo en un atentado terrorista, se difumina en el mundo entero con los otros casos y echamos la culpa a entes impersonales: la sequía, una guerra civil, un sistema económico injusto o el mismo azar. Eso es lo que permite encogerme de hombros, escribir en el blog de forma frívola sobre el tema, mirar hacia otro lado y seguir llorando a nuestros muertos. Las culpas, cuando son compartidas a partes iguales y en tan pequeña escala, no pesan en la conciencia. Una desgraciada contradicción diez años después del 11S. 

martes, 6 de septiembre de 2011

¿SERÁ QUE LOS MONOS TIENEN LOS MISMOS DERECHOS QUE EL HOMBRE?


Washoe: un genio dentro de los chimpancés.
        Esta es la pregunta que muchos del gremio de la bioética se están formulando en los últimos años, y no es para menos. Peter Singer va más allá en su Ética Práctica, y plantea que de hecho, un mono como Washoe o un gorila como Koko deberían equipararse éticamente a los seres humanos e incluso gozar de mayor protección moral que un feto humano. ¿Qué es lo que hizo a este simpático chimpancé tan singular frente a sus congéneres y tan cercano a nosotros? Una cosa tan básica en nuestra especie como es el lenguaje. El último reducto del hombre, que supuestamente está a buen recaudo biológico gracias a nuestras cuerdas vocales únicas en el reino animal, se deshizo cuando este chimpancé aprendió lengua de signos. Reconoció y usó con propiedad más de 350 palabras del lenguaje de signos americanos, la transmitió a otros miembros de la especie. Este aprendizaje no se reduce a la mera anécdota. A partir de ahí Washoe y Koko pudieron transmitir sentimientos y proyectar estados de ánimo, expresar intencionalidad en sus actos y alcanzar de forma decidida la autoconciencia, ese otro campo que supuestamente es privilegio de los hombres.

      Todo esto condujo a Singer a considerar que el status de persona puede concederse también a estos primates que por un aprendizaje muy selectivo han alcanzado estos niveles de comunicación. Y muy posiblemente, Singer tenga razón. Es más, es posible que este colectivo de primates necesiten moralmente de más atención en cuanto que su autonomía está reducida por las decisiones de individuos -humanos- que pueden decidir por su suerte en el momento que ellos lo deseen (de alguna forma, estarían en el "grupo de riesgo" de individuos amenazados).
     Si la historia de los derechos humanos es una historia de expansión de derechos morales a distintos grupos humanos (primero, los hombres blancos europeos, después, otras razas, los excluidos, las mujeres y las distintas etnias culturales), quizás sea necesaria ahora una nueva revisión de sus contenidos y promover un auténtico giro biológico. Hasta ahora la noción de persona moral estaba limitada a nuestra especie, en un último bastión del antropocentrismo predarwiniano: ¿en qué limbo ético quedan entonces estos monos avanzados?
     Reconozco que este salto moral es complicado. Para bien o para mal, nuestros sentimientos éticos no siempre se mueve a un nivel puramente racional. Los seres humanos tomamos afectos hacia nuestros semejantes no por la extensión razonable de un concepto -la noción de persona, que queda relegada más al campo del derecho- sino por reglas que afectan más a los sentimientos: la proximidad física y cultural, la empatía y la simpatía -ese principio que tanto gustaba a Adam Smith-, y naturalmente, la cercanía biológica. Quizás sea este un límite impuesto desde nuestra misma carga genética. De ahí que muchas personas nieguen que uno de estos monos tuviesen por ejemplo tantos o más derechos que un embrión humano y lo consideren un auténtico escándalo moral. Algo outrageous, como dicen muy finamente los ingleses.  
     Sin embargo, estos afectos morales limitados pueden cambiar con el paso del tiempo: también son reeducables. Es de esperar que vayamos mostrando una mayor sensibilidad moral hacia estos primos biológicos nuestros que, con cada día que pasa, descubrimos que son más cercanos a nosotros de lo que pensábamos. Aunque para ello tengamos que pagar el precio de bajarnos definitivamente del trono real de la Creación y compartirlo con unos humildes monos.   
Washoe dialogando con Allan Gardner, uno de sus cuidadores y maestros. 
Koko, con su gato como mascota. A su muerte, el gorila expresó
sentimientos de pérdida y pena con sus cuidadores a través del lenguaje.

domingo, 4 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN, A LA PALESTRA POLÍTICA

     Por una vez, voy a intentar a hablar de un tema político desde la experiencia directa profesional. Esto no es frecuente: suele ocurrir que hablamos de estos asuntos desde la barrera, partiendo de fuentes indirectas y datos en los que no nos sentimos partícipes. El resultado suele ser una opinión nebulosa, que siempre está sometida al aval del "experto" y que cualquiera puede poner en tela de juicio. Intentaré plantear una opinión distinta esta vez.
     La propuesta política es simple: trabajar más para necesitar menos personal y reducir costes en la educación. La respuesta del cuerpo docente es que una ampliación de su jornada laboral atenta contra la dignidad de la profesión, ya bastante denigrada por la sociedad y que nunca tiene en cuenta su trabajo fuera del aula. La consecuencia de esta medida espera recortar miles de interinos en la geografía de las comunidades que van a imponer este aumento de la jornada laboral (Madrid, Galicia, Navarra...). Más allá del detrimento en los intereses corporativos del profesorado, el impacto en los centros de enseñanza se traduce en una menor disponibilidad de personal para numerosas tareas que van más allá del horario de clase habitual: tutorías, clases de refuerzo y apoyo, atención a los alumnos con necesidades educativas especiales y naturalmente, las actividades extraescolares que habitualmente se hacen por vocación en la enseñanza. 
     Desde mi punto de vista, discrepo del primer punto y apoyo el segundo. Contra lo que dice el cuerpo docente, los profesores con una jornada de 18 horas se pueden permitir trabajar un par de horas más a la semana sin que tenga que disminuir ostensiblemente su rendimiento y aumentar así su productividad en general. Otra cosa es que esa ampliación horaria tenga como objetivo principal el suprimir miles de puestos del profesorado. Eso es lo que el sistema educativo español tal vez no pueda permitírse sin renunciar a sus metas finales de una educación basada en una integración social y que pretende luchar contra el fracaso escolar.

    Vayamos por partes. ¿Pueden los profesores trabajar más tiempo? Indudablemente sí. Y no negamos la carga horaria adicional que acompaña el impartir clases, algo de lo que desgraciadamente solo son conscientes los profesores y no el resto de la sociedad. La gente de la calle tiende a pensar que el profesor imparte una clase desde la improvisación y sin necesidad de una preparación previa. Peor aún: trabajar con alumnos -niños y adolescentes- supone un desgaste psicológico que pocas profesiones tienen. Si por casualidad tienes la mala suerte de tener un alumno conflictivo en clase -uno solo basta- el desgaste se multiplica. Muchos profesores al salir de las aulas sienten que su jornada no ha terminado y deben continuarla en su propia casa: correcciones, evaluaciones, puesta al día del material de clase, y hoy en día, llevar todo eso al mundo de las nuevas tecnologías. Un profesor responsable de secundaria -no todos actúan así- corrige exámenes y trabajos, leerá libros de apoyo y revisará o construirá unos apuntes, realizará un powerpoint o actualizará su blog o su wiki. Si además nos cambian una asignatura que no hemos dado nunca o no es de nuestra especialidad, el trabajo se hace doble. Pero a pesar de todo esto, el aumento de la jornada es posible en condiciones normales sin alterar "la dignidad" del profesorado y sin variar demasiado su rendimiento. Quizás no para un profesor novato -que se enfrenta a la tarea mastodóntica de preparar por primera vez las asignaturas- ni para el profesor viejo -cuyo desgaste laboral es mayor-  pero sí para el profesor maduro. Ese profesor maduro muy posiblemente no utilice las 37.5 horas de trabajo que reclama el sector y su experiencia le permite economizar tiempo en sus actividades cotidianas. 

    ¿Quién va a sufrir el golpe del presupuesto? Como en todas las crisis, no lo van a sufrir ni los adinerados (que tienden a refugiarse en la concertada o la privada) ni los que tengan altos rendimientos académicos (alumnos que por sus capacidades no van a necesitar de ningún tipo de apoyo del profesorado). Quienes van a sufrir con más fuerza este corte va a ser el grupo de riesgo al fracaso escolar, que es el que consume más recursos en la educación.
    En la educación sufrimos la teoría de la utilidad marginal en toda su crudeza. Alcanzado un gasto determinado en educación que satisface un nivel determinado, toda inversión adiccional que se haga va a tener unos rendimientos menores a los anteriores. Dicho con un ejemplo sencillo: contamos con tres alumnos y veinte euros de presupuesto al día para su educación. Con ese dinero conseguimos que dos de esos tres alumnos promocionen de curso. Sin embargo, para que el tercer alumno promocione, necesitamos invertir no diez euros más, sino veinte o treinta. El coste del alumno problemático es muy superior al del alumno normal (por problemático, hablamos desde el genio inadaptado al sistema educativo hasta el alumno inmigrante). Una posible consecuencia directa de este recorte será el retorno a una educación que perderá su base universal y se desdoblará en una escuela de élite y un grupo cada vez más amplio de gente excluida del sistema educativo. Una pequeñez que a las consejerías de educación de varias comunidades autónomas desde hace ya algún tiempo parece no importarle demasiado.   
      En definitiva, los recortes en educación, si los tiene que haber, no deben pasar por el capital humano disponible para las aulas. En época de crisis, podemos prescindir de recursos materiales, ordenadores, pantallas digitales, becas de biblioteca y todo lo demás. Pero si prescindimos de los profesores, la tarea de la eduación sencillamente deja de ser posible.  

sábado, 3 de septiembre de 2011

EDUCACIÓN PRECOZ



J.S.Mill, ejemplo perfecto de precocidad
 provocada que casi acaba en suicidio.

      "¿Que todavía tu niño no va a natación?" me preguntan por la calle. Yo me encojo de hombros. "Pues no", respondo inseguro. Ni natación, ni guardería ni nada.  Se nos atosiga a los padres novatos en una maratón de actividades para nuestros hijitos. Fabulosos métodos de aprendizaje del inglés desde pocos meses, prácticas de natación que incentivan la locomotricidad del cuerpo entero, musicoterapia tranquilizante que estimula el gusto musical, o de métodos que permiten que los bebés puedan llevar el ritmo de una vida adulta desde casi su nacimiento (el famoso método Estivill, maravilla conductista para los padres modernos).
     Mil y una formas para acelerar las destrezas ocultas de los pequeños y convertirlos en precoces genios: los tres primeros años, aseguran estos expertos, son fundamentales para incentivar a los niños en el camino hacia el éxito. ¡Qué suerte, los hijos de este tiempo, con todas las ventajas técnicas de la educación precoz! Desgraciadamente, nadie me ha asegurado todavía un método infalible para hacerlo buena persona. Será que eso es imposible... o que no vende tanto en el mercado.