Creo que la gente no valora o no entiende lo suficiente el silencio en las redes sociales más personales y cercanas. Cuando uno ve estupideces en el whatsapp de grupos diversos, por ejemplo, tiene dos opciones: o quedarse en silencio o aplaudir la ocurrencia. Como somos educados o sencillamente esperamos una respuesta igual para nosotros en el día de mañana, habitualmente contestamos de forma halagadora, incluso aunque nos parezca estúpido y vulgar. Frente a esto, el silencio es una respuesta igualmente educada pero quizás demasiado ambigua ante la estulticia mayúscula que se despliega entre nuestros contactos. Por desgracia el silencio no es lo suficientemente asertivo y no penaliza tanto como una rotunda respuesta negativa. Evitamos los dardos más descarnados y nos lo quedamos para dentro. Y finalmente, la persona que lanza este mensaje cree en su éxito, reafirma su postura y reincide en sus estupideces, como las ratitas de Skinner ante un refuerzo positivo.
Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.
viernes, 19 de febrero de 2021
94
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario