La nueva plaza, en estilo minimalista y apta para grandes multitudes.
Me gusta bastante más que la anterior...
Como si se tratara de alguna película ibérica del Berlanga, los cacereños ibamos con curiosidad a "conocer" la nueva Plaza Mayor que la gestión municipal nos ha dejado en este último año, abriéndola convenientemente antes de las elecciones, claro está. La abierta explanada me traía algún recuerdo de la niñez de cuando el aparacamiento de coches estaba libre con motivo de alguna fiesta. Entonces podíamos ver -con ojos de niño- una enorme plaza rectángular y en pendiente que nos parecía casi infinita y que naturalmente, era la más grande del mundo conocido. Pero ese dulce recuerdo de niño se disipa al instante y es sustituida por cierta amarga reflexión. ¿Para esto la plaza ha estado cerrada tanto tiempo y las arcas municipales (de la Unión Europea, subraya Carlos) se han dejado un buen dinero? Ignoro las posibles obras que se han podido hacer en los subsuelos de la plaza, su necesidad y su importancia. La apariencia exterior sin embargo deja una abierta sensación de despilfarro en tiempos de crisis. En realidad, la plaza me traía a la mente la vieja idea del economista Keynes, "para salir de la crisis, hay que hacer agujeros y luego cerrarlos", y parece que la alcaldesa se lo ha tomado al pie de la letra. Pero claro, en una ciudad donde el patrimonio cultural es ingente y da la sensación -a los ojos del profano- que todavía queda mucho por hacer para restaurar y mejorar en la gestión de dicho patrimonio, este abrir y cerrar agujeros resulta algo irracional. Y cuando una grave crisis económica pone bajo lupa cualquier gasto inútil y superficial, la inercia constructora se hace hirente. Pero claro, la plaza vende. La pisamos todos los cacereños, y aparece la engañosa sensación de que nos regalan algo novedoso y siempre mejor que el desfasado modelo anterior. Siguiendo la estulticia berlanguesca, solo queda por ver qué remodelación de la plaza nos aguarda el próximo gobierno municipal. Ojalá consista solo en reparar alguna baldosa suelta.
La proxima obra será poner unas gradas y convertirla en campo de futbol jeje
ResponderEliminarUn saludo
ohhhh, pero si tiene muy buena pinta, tendré que ir a verla! Ya te pareces a mi padre, jeje. Es broma, no tengo ni idea de por qué habéis lavado la cara a la plaza, así que no digo nada, espero que no haya sido simple electoralismo y que la disfrutéis mucho.
ResponderEliminarMuchos besos desde la rancia charrilandia (donde la plaza no cambia, of course)
Un estadio de fútbol no sé, pero yo creo que una tribuna de justas medievales se le puede ocurrir a algún iluminado y dejarlo ahí permanentemente...
ResponderEliminarY Fabi, a mí la plaza ahora me gusta mucho más que la anterior, dónde va a parar. Pero cuando ha habido obras (en Aldea Moret por ejemplo) que han estado siglos sin acabar por falta de dinero... pues te lo piensas dos veces.
Saludos!!
A quién le interesa Aldea Moret pudiendo cambiar la plaza para los mangurrinos distinguidos...
ResponderEliminarAl ver la foto me he acordado de las guarri-pizzas de los viernes, cómo las echo de menos!
Tienes toda la razón Ángel, toda inversión debe tener un espíritu productivo, pero... ¿Cómo es posible reactivar la economía ante una caída importante de la demanda privada, sin tiempo para planificar y con una capacidad de actuación ante la economía global muy limitada... y, por qué no decirlo, con un sistema de elección que sitúa al frente a gente con capacidades mediocres, es decir, similares a la media que les vota?
ResponderEliminarAunque creo que tienes toda la razón en el artículo, es sólo por hacer de abogado del diablo y discutir de algo.
No me opongo a que sea necesario tirar de la demanda agregada para reactivar la economía, y reconozco que tienes parte de razón en tu argumento (el plan E supongo que tenía esa función, y que creo que no supieron vender en su momento)... pero se puede pedir algo más de productividad al gasto realizado, sobre todo cuando era una infraestructura ya hecha, y cuando ha habido obras de la ciudad parada durante casi un año (el caso más polémico ha sido las obras de la carretera principal de Aldea Moret).
ResponderEliminarMás allá de esto yo creo que tienes razón, supongo que se puede hacer mucha demagogia con el gasto municipal, si no vemos su importancia desde el lado de la demanda.
Ángel, el hecho de hacer la plaza peatonal es algo que se ha visto durante bastante tiempo. Hace tiempot también, se presentó un proyecto y se aprobó el gasto de nosecuantísimos euros. Pero este dinero lo daba la Unión Europea para esta obra en concreto. Todo lo que no se gastara, se devolvía, o lo que es lo mismo, se perdía. Así que lo único que ha hecho ha sido crear puestos de trabajos durante un año, que quede también feo con tantas vallas, fomentar el comercio de la plaza, ahorrarse muchos quebraderos de cabeza a la hora de hacer actividades tales como conciertos o teatros en la plaza (por la instalación de tomas de salida de corriente en el suelo)... además! no está terminada. Falta movilario público, chorros de agua (según tengo entendido), y la parte de arriba, que es la susceptible de ser cambiada por sucesivos cambios de gobeiernos cacereños.
ResponderEliminarA mí también me gusta más ahora. Sin coches y con gente. Llegas y te sientas en el medio de la plaza y tan agusto.
Muy interesante el comentario, Carlos... El tema de ayudas de la UE es precisamente algo que me hace pensar lo siguiente: no somos capaces de trasladar dinero a proyectos realmente productivos y acordamos obras que posiblemente no tengan la importancia de la inversión. Naturalmente das ocupación y trabajo temporalmente (en el sentido más keynesiano...) pero se convierte en un parche...
ResponderEliminarPero es que una modificación del sistema tan grande es tan difícil que parece hasta utópica. Entonces para conseguir algo se usan parches y más parches.
ResponderEliminarHasta que alguien con un fuerte respaldo social le eche huevos al asunto, todo seguirá igual...