Las noticias que se infitran en la prensa sobre la drástica reducción del presupuesto en investigación científica para los próximos años no dejan de causar estupefacción. Casi un 40 % de reducción presupuestaria implicaría retroceder al menos una década de nuestra historia. Y como todo el mundo sabe, no es una mera cuestión de prestigio cultural: es apostar por un nuevo régimen productivo y económico. Es evidente que el gobierno aspira a recortar el gasto y obtener más recursos para paliar el déficit. Ahora bien, no se puede prescindir de una inversión tan necesaria para renovar el sistema económico. Estar en la sociedad del conocimiento y la información implica dedicar una parte de los recursos a la continua renovación.
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Pero dicho esto, nos podemos plantear también otros problemas. Nos obliga a preguntarnos dónde está la inversión en I+D desde la iniciativa privada, muy débil frente a otros países. No podremos estar toda la vida pendientes de una inversión estatal que petrifica todo en cuanto desaparece. El papel del estado es acelerar el cambio de tendencia en un sistema productivo, e impulsar la investigación de aquellas parcelas científicas que escapan al mercado porque no tienen un beneficio económico próximo. Y también a la inversión en investigación y ciencia habría que pedir una mayor información y toda la transparencia posible. La sociedad pide también resultados visibles, y saber dónde va ese dinero público. Dejarlo en la sombra y desconocer a quién beneficia toda esa inversión impulsa a situaciones como esta: se recortará el presupuesto de ciencia y pasará completamente desapercibido.
voy a comentarte, pero no x nada del texto...
ResponderEliminarME ENCANTA TU PELUCHE DEL DINOSAURIO LILA!!! ^^
(quiero uno ¬¬)
Yo duermo con él desde hace quince años!
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