Una carta de mi mujer en el foro de las lactantes.
Hola a todas,
Escribo porque esta mañana he tenido cita para poner vacuna a Juan y el pediatra (que no me venía dando muy buena espina desde el principio por otro tipo de cuestiones) me ha dejado muerta. Yo ya suponía que esto era más o menos normal en el contexto pediátrico actual. Sin embargo, encontrármelo en primera persona me ha preocupado bastante.
La cosa empezó cuando, al decirle yo que Juan tardaba en dormirse por la noche, me pregunta qué le doy de comer (Juan tiene tres meses). Le digo que el pecho y, por tercera vez ya desde que voy a su consulta, me insinúa que igual por la noche no tengo leche y el niño se queda con hambre (Juan ha engordado desde que nació a razón de, más o menos, 1Kg y 100 gramos por mes). Yo digo que el niño no se duerme igual que no se duerme en el resto de las tomas y que no es por hambre (porque, por una parte, yo sigo teniendo leche cuando acaba de mamar y porque, por otra parte, el suelta el pecho cuando quiere y no lo coge más). Pregunta ella: "o sea, come, le cambias, lo echas a dormir en la cuna y no se duerme?" Claro, yo no echo al niño a dormir en la cuna (se lo digo). Pero "lo duermes en brazos?- Pues ya lo estamos haciendo mal _me dice- . Tienes que enseñar al niño a dormir. Tú lo dejas en la cuna y que se duerma solo". Pero-pregunto yo de nuevo, viendo la cabeza de Estivil por la ventana- qué hago si llora? Lo dejo allí?. No, responde ella elocuente- .Vas, le coges la mano, le dices cualquier cosa y ya está- sentencia. Como habré puesto cierta cara de que el cuento no me acababa de convencer, al salir de la consulta ha vuelto a insistir: intentamos lo del sueño, vale? Vale, vale- he respondido yo.
Pero en qué cabeza cabe? Todo bien que ella tenga su propia orientación pedagógica sobre bebés que puede aplicar a sus hijos y sobrinos. Ahora bien, quién es un pediatra para decir a una madre que no le está preguntando cómo y cuándo tiene que "enseñar" a dormir a su hijo? "Es que se te va a acostumbrar a los brazos"- me dice. Genial!-pienso yo. Ojalá consiga como poco en esta vida que Juan, cuando sea mayor, recuerde que siempre tendrá los brazos de su madre para sentirse apoyado.
-"Lo digo por el bien del niño y por el tuyo"- dice enarbolando la bandera de la preocupación suprema. Y yo quisiera saber si es que ha hablado con mi hijo para preguntarle qué es lo mejor para él porque a mí, que soy su madre, no me ha preguntado nada. Y doy por sentado que me preocupa más que a ella el bien de mi hijo (y por extensión, claro está, mi propio bien).
Todavía no me cabe en la cabeza que se pueda tener la caradura de justificar recurriendo al supuesto bien de los bebés orientaciones psicológicas y pedagógicas que, son, cuando menos, de dudosa efectividad humana. Inhumano me pareció su consejo que me exige sufrir a mí viendo cómo mi niño llora en la cuna reclamando una piel que durante nueve meses ha sido también la suya. Parece que no son los hijos quienes se tienen que emancipar de los padres sino los padres quienes, a los tres meses de tener un niño, deben destejer poco a poco los lazos que los unen. Supongo que el próximo paso será algo así como lo que sigue:
Señora, su hijo tiene tres meses y tiene que aprender a andar: póngalo en el pasillo de casa, dele la mano y no le saque a la calle a dar paseos hasta que no salga por su propio pie. Verá cómo así espabila y no se acostumbra tanto al capazo: qué es eso de ir acostado por la calle, hombre!
Tengo que admitir que en esto de los babys soy un completo iletrado, pero cierto día hablando con un compañero de trabajo que acaba de tener su segundo vástago ("vástaga" más bien) me di cuenta que esto de la dicotomía "duermenté niño" versus "colecho" es peor que cualquiera de las oposiciones conocidas en el mundo entero: keynesianismo vs neoliberlismo, constructivismo-conductismo, empirismo-racionalismo... Mi compañero ha leído un montón de libros sobre estos temas (parece que más que más que tener hijos está haciendo un doctorado). Si os interesa le pregunto sobre algún libro de este tipo y os lo pongo en un comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
PD Tranquilo Ángel que junio también es finito... o eso espero
Ya os habéis pasado al enemigo... Qué lucha, como docentes que somos los tres está claro que los padres nunca tienen razón y la tienen siempre los profesionales. En fin... Esto me recuerda que seguro cuando Juan tenga 16 años o por el estilo os quejareis de cosas tipo: "Yo soy filósofo y me han puesto un 7 al niño cuando se merece un 9,5" (jejejeje). Bueno que estáis en vuestro papel de superpadrazo y supermadraza, algo que, por otro lado, es lógico.
ResponderEliminarBueno, vosotros tranquilos que seguro que... el pediatra no tiene razón... y,ante todo, no leáis ningún libro sobre niños. El problema de la educación en la familia es cuando se perdió el instinto y el sentido común ¿En qué reforma pedagógicopediatra fue?...
Es que esta cuestión es una de las puntas de lanza en el dilema conductivismo - constructivismo. El tema es tan interesante que cuando tenga tiempo escribiré algo sobre el capitalismo y las horas del sueño de los bebés.
ResponderEliminarY Helí, no interpretes mal a Inma, que tampoco es lo que parece. Pero tu comentario revela como los padres podemos perder el norte con facilidad.
Saludos...