- ¡Indignaos! - Grita el viejo luchador de más de noventa años al mundo.
- ¿Para qué? - responde con desenfado un alumno de bachillerato de apenas diecisiete al escucharlo.
El hecho de que muchos idealistas en la historia hayan sido jóvenes, no quiere decir que la juventud sea por naturaleza idealista. Más bien ocurre lo contrario, sostiene Tiburcio: es fácil escupir a un joven a la cara y que él no se quiera dar por aludido.
Sí, no te diré yo que no haya mucho aborregamiento en España y no sólo entre los jóvenes... Pero también es verdad que la cosa parece que empieza a moverse. Estos chicos por ejemplo, se van a manifestar en varias ciudades, aunque tal vez no salgan mucho en la tele. Echa un vistacillo
ResponderEliminarhttp://www.juventudsinfuturo.net/
http://www.diagonalperiodico.net/Juventud-sin-futuro-se-extiende-a.html
PD: Por cierto veo te has puesto a tono con la Plaza Mayor y has remodelado el blog. Te ha quedado muy bien y por muuuucho menos dinero que lo de la plaza jeje
Un saludo
Muy bien por tu nuevo blog... aunque éste es un tema mucho más amplio sobre el que discutir. Es cierto que los jóvenes no tienen por qué ser luchadores, pero si hay generaciones más reivindicativas, aunque eso lo achaquemos sólo al contexto, es cierto que hay generaciones que construyeron el Estado del Bienestar, lucharon por una generación más justa, etc. mientras que otras han devorado los recursos heredados, destruido el principio de solidaridad intergeneracional, etc.
ResponderEliminarMe gustaría hacerte una pregunta que se hace Hessel en su libro y que estaría encantado de oír tu opinión. ¿Cómo es posible que el Estado del Bienestar lo creara una sociedad más pobre que la actual y ésta diga que éste es insostenible? Si la respuesta es que ahora somos más pobres, entonces ¿Por qué nos hemos empobrecido?
soy algo escéptico en todo esto, Despotrikator. Este post lo puse porque explicaba a Marx en clase y hablé del libro de Hessel. La indiferencia, e incluso el disgusto con el que afrontaban la propuesta del autor era casi hiriente. Aquellos que podían tener cierta conciencia social la diluían con el argumento de que no se puede hacer nada para cambiar las cosas. Y yo creo que esta visión está repartida en nuestra geografía, mucho más que estos chicos que sí han optado por salir a la calle en los últimos días. Aunque todo puede cambiar: la burbuja se les acabará rompiendo, supongo, y reaccionarán. No por indignación moral sino por desesperación, que es muy distinto.
ResponderEliminarPues como ocurrió en la Revolución Industrial y la clase obrera inglesa, no? Más riqueza no implica un mejor reparto.
ResponderEliminarYo creo que Hessel también se da la respuesta: el mundo de ahora es mucho más complejo y el enemigo no está tan claro como en su juventud. Ante Hitler, Stalin, Ceacescu o Gadaffi si me apuras, sabemos quién es el malo de la película. Eso permite también orientarnos en nuestros objetivos... EStamos desorganizados para dar una respuesta eficaz, pero esas cosas tú las sabes mucho mejor que yo.
Aun sin haber leído a Hessel, supongo que tiene mucha razón, no hay un enemigo tan claro.además otras generaciones sí contemplaban como una posibilidad real la vuelta a contextos realmente adversos como guerras, dictaduras, hambrunas, de las que tenían una memoria bastante reciente. Hoy los mínimos nos parecen garantizados,o hemos bajado nuestros mínimos.
ResponderEliminarEn cuanto a las movilizaciones de que hablas, despotrikator, por lo que he leído, los datos hablan de entre 3.000 y 10.000 manifestantes en Antón Martin, lo que no me parece mucho dada la precariedad laboral que sufrimos y la alta tasa de desempleo juvenil. No sé si a partir de ahora se harán oir más y en las próxmas convocatorias les irá mejor, o si todos los pequeños movimientos que están surgiendo desde diferentes plataformas serán capaces de unirse y hacerse más fuertes.
En todo caso, quizás, como en la gripe, cuando la estás incubando parece no haber síntomas...
Crear es resistir. Resistir es crear.
ResponderEliminarLeí el librillo este puente y bueno, comparando generaciones con distintas prioridades e ideales es difícil darse por aludido. Opino.
Completamente de acuerdo contigo. El enemigo, la diana de esos dardos que intenta lanzar la gente es ahora distinto, no es una figura tangible. Mueve sus hilos desde la sombra y muchas veces, si se encuentra, no tiene cabeza visible. Así, difícil.