Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

martes, 24 de mayo de 2011

LA DEBACLE DE LA SOCIALDEMOCRACIA

No estoy muy por la labor de aceptar las tesis de que el voto solo ha sido un castigo contra la gestión del presidente Zapatero. Esto confirmaría que el PSOE hubiera perdido todo el terreno electoral que ha hecho, pero no explica otras variables importantes que aparecen en las elecciones. Tradicionalmente, en estas situaciones de pérdidas de identidad e inconformismo con la clase política gobernante,  el voto de izquierda se refugiaba en partidos minoritarios, fundamentalmente Izquierda Unida. Sin embargo, el flujo de votos hacia esa fuerza no ha sido -a pesar de mejorar sus resultados- el que se esperaba. Aparte de surgir otro partido que tampoco representa ni a la derecha ni la izquierda tradicional -UPyD-, el pesimista malestar, el voto en blanco y el 15M reflejan una situación que apunta en otra dirección. Refleja el rechazo creciente a una política institucional desde la izquierda que se ve incapacitada para cumplir sus más básicas promesas. No solo hemos dejado de creer en el bipatidismo, sino también en la capacidad de otros partidos de izquierda para poder llevar a cabo su programa. Consecuencia: corremos el riesgo que la rica herencia socialdemócrata se convierta en una ideología fuera de las instituciones. Que tenga que manifestarse en la calle y en campamentos en las plazas públicas para alcanzar sus más básicas peticiones: empleo, vivienda, sanidad, educación y pensiones. Si un socialdemócrata de postguerra levantara la cabeza, creería estar soñando con semejante panorama. Y no un sueño dulce, sino una auténtica pesadilla. 

2 comentarios:

  1. Un problema que veo mucho últimamente: llevamos tanto tiempo escuchando que las medidas del PSOE son "de izquierdas" que muchos han perdido totalmente la lateralidad.

    Un saludo

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  2. Yo creo que el PSOE hasta ha renunciado a eso: ha dejado de llamar a su política "de izquierdas". Lo que significa hacerse el harakiri: ¿Para qué votar a un partido de izquierdas que reniega de su propia vocación? El votante conservador no va a cambiar su voto por muy ultraliberal que lo haga el PSOE...

    Ahora puedo volver a mandar comentarios... tenía el ordenador bastante bloqueado y por eso no he contestado a tiempo)

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