Transcribo esta pequeña recreación de la historia de los Reyes Magos extraida del texto apócrifo de la Sabiduría Revelada, perteneciente a las enseñanzas gnósticas del siglo III y que ha sido encontrado últimamente en Egipto. A mí personalmente me gusta más que el texto del Evangelio de San Mateo, por su contenido social:
"Avisados por los astros, los Sabios decidieron enfrentarse a un largo viaje y cruzar los desiertos y lagos salados que separaban sus lejanas ciudades de las costas del mar de occidente, y lo hicieron cargados de tesoros y presentes. De esta manera, dejándose guiar por un astro brillante que cruzaba el firmamento cada noche, alcanzaron el poblado de Belén. Y allí, cosa milagrosa, la estrella bajó de los cielos y se deshizo en multitud de fuegos blancos, que se dirigieron a las chozas más miserables de aquel lugar. Qué hacer, se preguntaban los Sabios, y decidieron detenerse en cada uno de los hogares sobre los que se posaban las llamas blancas.
En la primera choza preguntaron a sus moradores si allí había nacido el Elegido de Dios.
- No, le contestaron con tristeza. Nuestro hijo ni siquiera tiene qué comer.
Sintiéndose conmovidos, los Sabios le dieron parte de su oro.
Sintiéndose conmovidos, los Sabios le dieron parte de su oro.
En la siguiente cabaña, encontraron parecida respuesta:
- Aquí no hay ningún Elegido. El nuestro tirita de frío en su cuna.
Y decidieron ofrecer las pieles que llevaban.
Y así, haciendo esto muchas veces, cayeron en la cuenta que apenas se habían quedado con nada. Y cuando ya estaban dispuestos a partir, algo apesumbrados ante lo obtenido, observaron con sorpresa cómo las estrellas volvían a elevarse al cielo, y se convertían en una sola, y acabó posándose en una choza más alejada de la aldea. Fueron allí, con la decepción de haber repartido casi todas sus riquezas, y confesaron que se habían equivocado de lugares. Pero algo les dijo entonces que así lo había querido la estrella, y que los hombres reunidos allí estaban sumamente contentos con su presencia. Se percataron entonces que aquel recién nacido no precisaba de riqueza alguna y que bastaba estar allí para mantener la sonrisa de su rostro. Entonces comprendieron que habían obrado bien, y dieron gracias a Dios."
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The three Wise Men
Me trae reminiscencias de "El príncipe feliz" de O. Wilde. Los verdaderos regalos, según entiendo, son los que surgen del corazón, actos de entrega profunda. De hecho los regalos de los Reyes Magos son más simbólicos que materiales. Uno de los aspectos que más me movilizan de la religión católica es que Jesús está en el corazón de los postergados, los que quedan a la vera del camino. Si Dios, eligió un pesebre para el nacimiento de su único hijo, deja en claro que su reino no es de este mundo.
ResponderEliminarHe tenido la bendición de percibir ese reino en este mundo, y la verdad que es maravilloso. Ojalá seamos cada vez más los que saboreamos esa construcción de valores profundamente humanos.
Salud
Sí, el cristianismo tiene esa fuerza ética, pero el problema es que esa no es la imagen que da muchas veces la iglesia en la que se materializa esa religión católica. Al igual que en la labor de muchas ONGs civiles, lo que queda siempre son los escándalos para el gran público.
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