- La libertad humana es una ficción – nos dice el científico. Y aquí empieza una complicada explicación psiconeurológica que nos dejó al señor Tiburcio y a mí anonadados.
- Todo eso que dices es muy interesante pero, ¿tu opinión del ser humano cambió desde entonces? Preguntó el señor Tibb.
- Naturalmente que sí, contestó con rapidez nuestro amigo.
- Entonces actuaste libremente para optar entre aceptar una verdad o ignorarla por completo.
- Eso son sofismas filosóficos. Deja que te explique...
Y la conversación se prolongó un par de horas más, desde el foro romano hasta la misma puerta del hotel, sin llegar a más resultados.
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