Debéis renovar continuamente lo que enseñamos en clase, nos decían los pedagogos 4.0. Lo que aparecerá en los libros de texto quedará superado y caduco en cuanto se seque la tinta, qué digo tinta, en cuanto llegue la impresión digital a vuestras pantallas, nos repetían con tono profético. Ahora pienso que quizás esta es la razón profunda por la que existen terraplanistas de nuevo pisando el mundo. Tanto enseñar en el futuro incierto, y se nos olvidan las cosas seguras que ya sabíamos del pasado. Y claro, la redondez de la tierra no viene escrito en una cápsula genética que heredamos todos en el momento de venir al mundo. La cultura que no se transmite de boca a boca se olvida o se tergiversa irremediablemente; Google no puede sustituir a nuestra memoria emocionalmente activada. Mientras no sepamos esto, tendremos terraplanistas y conspiradores para rato.
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