Cuando la autenticidad de uno mismo se viste de intransigencia hacia los demás, la verdad se vuelve una luz cegadora.

domingo, 19 de abril de 2009

ENSEÑANZAS DESDE LA ERA DE ACUARIO

Las clases de psicología de la personalidad empezaron hablando de los horóscopos. “¿Quién cree en el destino escrito en las estrellas?”, pregunto en la clase de Bachillerato. Habitualmente, nadie da un trato de favor hacia el zodíaco. Somos escépticos ante sus predicciones. David S., metido sin querer a filósofo ilustrado, las reducía a una engañifa: “en los horóscopos escuchas lo que tú quieres oír”. María R. representaba la perspectiva más escéptica y científica. “Eso no está comprobado, y por lo tanto es falso”. Yo les recordé por otro lado que si se declaraban cristianos o creían en la libertad humana no podían creer ciegamente en los horóscopos. Carla sugirió que el firmamento en ningún momento determinaría la acción del hombre, sino que solo influiría sobre ella. María Jesús representaba el lado más místico y abierto: “Si la luz del día y la noche, o la luna nos influye, ¿por qué no habría de influirnos el universo entero en nuestro nacimiento?”. El que una cosa o un hecho no esté comprobado por la ciencia, no quiere decir que sepamos con certeza que no existe. No es un argumento a favor de la existencia de esa influencia, pero al menos rebaja las pretensiones arrogantes de los científicos. O como decía Ana Isabel en una ocasión: “¡Echamos de menos la magia en este mundo!”. Dejamos el problema en puntos suspensivos.

3 comentarios:

  1. Ay! Angelillo... Que yo dije lo mismo que Chus! Jooooooo... Y de nuestra clase solo has puesto a David S., porque supongo que esa Ana Isabel no soy yo, que no me suena nada haber dicho eso... jeje. Un saludo!!!

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  2. Pues sí, esa Ana eres tú, lo que pasa es que esto lo dijiste hace bastante tiempo, y hablando sobre el mismo tema. Incluso creo que fue cuando os conté a vosotros (en cuarto) la clase que había dado en primero. Y no me acordaba que hubieras dicho lo mismo que Chus.

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  3. Ah, pues seré yo... jeje. Si que lo dije que estuvo Meña preguntandome por cómo influia la Luna a la hora de cortarse el pelo... jeje.
    Ya te veré, Angeelooooteeeeee! (pasate por mi blog y echa un vistazo y una firmilla, anda... ;)

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